A comienzos del siglo XX, los nuevos avances científicos, como la comunicación a distancia y el descubrimiento de los rayos X, transformaron la sociedad. Tanto los artistas modernos como los incipientes movimientos espirituales se interesaron por muchas de esas ideas. Las prácticas espiritistas parecían seguir las nuevas tecnologías que permitían la comunicación a grandes distancias; tras la invención del telégrafo en la década de 1830, los médiums a menudo afirmaban que en sus sesiones oían golpecitos; y, tras la creación del teléfono en la década de 1870, comenzaron a aseverar cada vez con más frecuencia que oían voces.
El descubrimiento de los rayos X sirvió para “desmaterializar” los cuerpos sólidos y demostrar que la materia podía emitir una energía invisible. Además, los rayos X desempeñaron un importante papel en el conocimiento de la estructura del átomo.
En sus cuadernos, Hilma af Klint anotó: “Soy un átomo en el universo con acceso a infinitas posibilidades de desarrollo, posibilidades que, poco a poco, quiero desvelar…”. Entre 1917 y 1919, la artista dedicó una serie de acuarelas a un clarividente estudio de la estructura atómica de flores y plantas.
Rayos X: una de las primeras fotografías de rayos X realizadas por el profesor Konrad Roentgen en 1898
Imagen: Getty Images.Bettmann