Los comienzos

Sala 205

Hilma af Klint nació en el seno de una familia que alcanzó carta de nobleza por sus méritos militares en la Armada sueca y que se distinguió posteriormente por sus contribuciones a la cartografía náutica. Siguiendo esta tradición, su padre, Fredrik Viktor, llegó a ser comandante naval y director de la academia, donde impartía clases de astronomía, náutica, matemáticas y navegación a vela. Haber crecido en este entorno resultó muy pedagógico para Af Klint, cuyo conocimiento de estas materias puede apreciarse en gran parte de su obra abstracta, a la que traslada imágenes de diagramas que toma de las ciencias y la cartografía para transmitir sus mensajes espirituales.

Siendo hija de un profesor, a Af Klint la animaron siempre a que estudiara. Tras dar muestra de su talento artístico, accedió a una formación tradicional, primero en la Escuela Técnica, luego en la academia de la pintora Kerstin Cardon y, finalmente, en la Real Academia Sueca de Bellas Artes, en la que se licenció con honores en 1887. Esta última institución contaba desde 1864 con una sección femenina independiente, donde por primera vez las mujeres podían recibir una educación plástica integral centrada en el paisaje, el bodegón y el retrato, incluyendo asimismo el dibujo a partir de modelos del natural.