En 1935, desde su exilio en Praga, Kokoschka pinta el retrato de Tomáš G. Masaryk. Según el artista, el expresidente de la República Checa personificaría ciertos ideales que él comparte, como su sólida noción de la ética y la libertad basada en valores humanistas. Años más tarde, Kokoschka donará los beneficios obtenidos con aquel retrato a los huérfanos de la guerra de la República Checa. Los niños en situaciones de vulnerabilidad también protagonizan algunas de sus obras, como el cartel ¡Ayudad a los niños vascos! (1937, sala 209), que alude al bombardeo de Gernika.
“[…] De acuerdo con Comenio, es más fácil enseñar mediante imágenes […] Ni capa ni corona, ni cetro ni espada denotan el estatus de este presidente […] Quiero hacer una pintura histórica, un cuadro que pueda mostrarse en las escuelas, para que los niños aprendan que las labores patrióticas y las obligaciones personales confluyen en el humanismo”. Oskar Kokoschka, 1935
Oskar Kokoschka
Austrian, 1886–1980
Portrait of Tomáš Garrigue Masaryk, 1935-1936
Oil on canvas
H: 37 3/4 in. x W: 50 3/4 in. (95.88 x 128.91 cm)
Carnegie Museum of Art, Pittsburgh: Patrons Art Fund, 56.46