Entre mediados y finales del siglo XIX, el espiritismo —la creencia de que se podía establecer comunicación con los muertos— cobró popularidad en Europa y EE. UU. En una época en la que numerosos descubrimientos científicos estaban desvelando la existencia de fuerzas hasta entonces desconocidas y las nuevas tecnologías permitían la comunicación a grandes distancias, la idea de establecer contacto con personas fallecidas se antojaba posible para un amplio sector de la población.
Af Klint se inició en las sesiones de espiritismo en 1879, siendo aún una adolescente. La muerte de su hermana en 1880 despertó en ella un mayor interés por esta práctica. Siguió participando en este tipo de veladas durante gran parte de su vida, si bien a partir de la década de 1890 empezó a contactar con espíritus superiores, actuando ella misma como médium.
La segunda mitad del siglo XIX también dio origen nuevas formas de compromiso espiritual. En 1875, la ocultista y médium Helena Blavatsky (1831–1891) fue una de las fundadoras de la Sociedad Teosófica, un nuevo movimiento espiritual de carácter esotérico creado en Nueva York que adoptaba aspectos de filosofías europeas, como el neoplatonismo, y de religiones orientales, como el budismo y el hinduismo. Según el movimiento teosófico, “el individuo es un ‘microcosmos’, un pequeño universo que guarda una enorme similitud con el vasto universo del ‘macrocosmos’”.
En 1904, Af Klint se unió a la Federación de Sociedades Teosóficas de Suecia, y no tardó en interesarse, en particular, por la doctrina de Rudolf Steiner (1861–1925), líder de la Sociedad Teosófica de Alemania, que posteriormente rompería con el grupo y fundaría la Antroposofía, más centrada en el ámbito humano y más alineada con la fe cristiana. Af Klint ingresaría en la Sociedad Antroposófica en 1920. La teosofía y, más tarde, la antroposofía moldearon en gran medida el singular sistema de creencias espirituales de la pintora sueca, íntimamente vinculado a gran parte de su producción artística.
El árbol del conocimiento, Serie W (Kunskapens träd, Serie W), No.1, 1913
Acuarela, gouache, grafito y tinta sobre papel
45,7 cm x 29,5 cm
Cortesía The Hilma af Klint Foundation, Estocolmo, HaK 133
©The Hilma af Klint Foundation, Bilbao 2024