Instalaciones II: Vídeo en las Colecciones Guggenheim
03.03.2009 - 17.01.2010
Como continuación de la presentación de 2008 Instalaciones: Selecciones de las Colecciones Guggenheim, esta muestra indaga en las diversas formas en que los artistas contemporáneos utilizan el vídeo para crear entornos de inmersión y descubrimiento. Desde que el vídeo comenzara a ser utilizado en el arte a finales de los años sesenta, este medio ha desempeñado un papel importante para los artistas en sus exploraciones sobre el ser y la sociedad, y les ha proporcionado una forma única de capturar el espacio y el tiempo reales, que es cada vez más sofisticada a medida que la tecnología va desarrollándose.
Hoy en día los creadores utilizan el vídeo en sugerentes y complejas instalaciones que transportan al espectador a universos que trascienden las paredes del museo, trasladándolos sutilmente a entornos cotidianos. Con frecuencia, estas obras adoptan convenciones cinematográficas tales como estructuras narrativas o equipos de proyección y de sonido como los de las salas de cine. Sin embargo, al mismo tiempo, han ido más allá de estas convenciones al emplear, por ejemplo, más de una pantalla en un solo espacio. Muchos artistas han ampliado la exploración visual que el vídeo multicanal permite añadiendo elementos de atrezo escultural o mobiliario diseñado específicamente para sus instalaciones, generando un entorno único para los espectadores.
Las siete obras de esta muestra han sido adquiridas para las Colecciones Guggenheim en los últimos cinco años, lo que evidencia el compromiso constante de los Museos Guggenheim con este dinámico campo del arte contemporáneo. Estas instalaciones nos ofrecen una idea de la diversidad de temas y estilos que emplean los artistas que trabajan con videoinstalaciones en la actualidad. En Zidane, un retrato del siglo XXI (Zidane, a 21st century portrait), 2006, Douglas Gordon y Philippe Parreno crean un retrato cinematográfico del futbolista Zinédine Zidane en tiempo real durante un partido. En dos pantallas contiguas y acompañado por una emotiva banda sonora, Zidane muestra el trabajo que existe detrás del mito heroico de la estrella deportiva. Trilogía Doppelgänger (The Doppelganger Trilogy, 2001–04) de Slater Bradley, también se centra en iconos de la cultura popular y conjura la presencia fantasmal de los músicos Kurt Cobain, Ian Curtis y Michael Jackson a través de la lente distanciadora del deseo y la memoria. Bradley recrea las actuaciones de estos héroes caídos —víctimas del suicidio o, como en el caso de Jackson, de un inexorable declive hacia el descrédito— para reflejar la atracción de la fama, el erotismo de la devoción de los fans y la seducción del abandono, sumergiéndose en el inconsciente colectivo de nuestra cultura, orientada a los medios de comunicación.
El vídeo Yo-ser área (I-Be Area, 2007) de Ryan Trecartin —que tiene duración de largometraje— ofrece una perspectiva totalmente diferente del papel que desempeñan los iconos mediáticos en la cultura contemporánea y centra su atención en internet, donde se pueden construir virtualmente nuevas identidades y comunidades que convierten incluso a los ciudadanos de a pie en el centro de la atención pública. Mediante una distintiva estética de "hazlo tú mismo" y un diálogo rápidamente editado y repleto de jerga, Trecartin catapulta a los espectadores a una realidad alternativa en la que avatares o deidades cibernéticas tienen ataques de locura y representan con júbilo una complicada maraña de ficciones melodramáticas. Mika Rottenberg también inventa una realidad virtual en Masa (Dough, 2006), donde crea una línea de producción absurda en la que un grupo de personajes —que incluye a una mujer enormemente obesa y a otra inquietantemente delgada— moldean y empaquetan una porción de masa. Los espacios cercados en los que aparecen estos actores se reflejan en la estructura que Rottenberg construye alrededor del vídeo en la galería para sumergir al espectador en el escenario claustrofóbico de la pieza. La finalidad de la fantasía que queda implícita en las obras de Trecartin y Rottenberg pasa a primer plano en el vídeo de Cao Fei titulado Utopía de quién (Whose Utopia, 2006). Este semi-documental ahonda en las realidades de la vida diaria de una inmensa fábrica de bombillas china y retrata la aburrida monotonía de los trabajadores, que más bien parecen máquinas. Al mismo tiempo, da voz a las fantasías de los empleados, que bailan y tocan música en la fábrica como si todo fuese un sueño.
Paraíso Omeros (Paradise Omeros, 2002), de Isaac Julien, amplia esta atmósfera onírica mediante una narrativa elíptica y rica en imágenes a fin de explorar el terreno social, político y emocional del poscolonialismo. El vídeo de tres canales de Julien, que oscila entre la isla caribeña de Santa Lucía y el animado centro de Londres, aborda de una manera poética el fenómeno criollo ese estado híbrido en que un único sujeto encarna las historias e identidades de múltiples lugares y culturas. Por último, en Conexión (Link, 1995–2000), Mariko Mori transporta al espectador a un espacio de contemplación mediante una proyección de vídeo de 360º y de cuatro canales que documenta una serie de performances en grandes ciudades y yacimientos arqueológicos de todo el mundo. En cada uno de los distintos emplazamientos, la artista aparece tumbada e inmóvil en su característica "cápsula corporal". Cuando se observan conjuntamente en la instalación, estas acciones unifican los distintos lugares más allá de las barreras temporales y espaciales para crear un espacio utópico y trascendente.
Mariko Mori
Conexión (Link), 1995–2000
Instalación de vídeo de cuatro canales, con sonido, 9 min, 15 s
Edición 2/2
Solomon R. Guggenheim Museum, New York