Grandes escultores del siglo XX
18.03.2003 - 11.01.2004
El empleo de materiales no tradicionales para crear esculturas de gran escala, así como la forma en que estas obras dialogan con su entorno, son temas que han preocupado a los artistas desde la década de 1960. Esta selección de esculturas analiza cómo los artistas han tratado estas cuestiones en las últimas cinco décadas.
El monumental stabile de Alexander Calder Guillotina para ocho (Guillotine for Eight) de 1963 manifiesta una estética industrial: sus grandes láminas de metal unidas con tornillos visibles estructuran la forma dinámica de la pieza, que parece metamorfosearse a medida que el espectador la rodea. Dentro del movimiento minimalista, Carl Andre y Richard Serra también han empleado materiales comerciales -latón, acero cor-ten- para acentuar las propiedades físicas de sus obras. Según se avanza por uno de los ondulantes pasadizos inclinados de la colosal Serpiente (Snake) de Richard Serra, el espectador tiene una sensación de vértigo, de espacio y acero en movimiento. Por su parte, las esculturas de Richard Long realizadas con elementos autóctonos como las lajas de pizarra de Círculo de Bilbao (Bilbao Circle) de 2000 son evocaciones poéticas de la naturaleza, un sentimiento al que también se refieren los materiales empleados por Mario Merz, creador perteneciente al arte povera. Su combinación de ramas, vidrio y caucho definen la forma del iglú de Ciudad irreal, mil novecientes ochenta y nueve (Città irreale, Millenovecentottantanove), 1989, una obra que es delicadamente bella y amenazadora al mismo tiempo.
Richard Long
Círculo de Bilbao (Bilbao Circle), 2000
Pizarra de Delabole
Diámetro 1.300 cm
Guggenheim Bilbao Museoa