La paloma (1915)
Sala 203
En 1915, Hilma af Klint inicia La paloma, uno de los últimos grupos de las Pinturas para el templo. Símbolo del Espíritu Santo y mensajera de lo divino en el cristianismo, la paloma aparece en dos de los lienzos con sus alas teñidas de rojo y sostenidas con delicadeza por unas grandes manos, avanzando entre el cielo y la tierra hacia un estado de armonía. Los colores simbólicos y las formas abstractas dominan los lienzos, conjugándose con una nítida figuración, mientras se despliega progresivamente el combate místico de san Jorge y el dragón, una batalla entre el bien y el mal. Af Klint señaló en sus notas que san Jorge era uno de sus alter egos, mientras que el dragón o serpiente alada es un animal mitológico cargado de simbolismo: derrotarlo supone la victoria de la luz sobre la oscuridad.
En algunas obras de La paloma figuran planetas con anillos, símbolos astrológicos, números y otros signos. El aspecto metalizado de los planetas recuerda a ciertas imágenes de la tradición artística europea, como los manuscritos iluminados y los iconos medievales, en los que aparecen fondos o halos dorados. Af Klint conocía la Teoría de los colores, el libro de Goethe sobre la naturaleza y la percepción del color, publicado en 1810. El escritor alemán era una referencia para la teosofía y Rudolf Steiner le dedicó dos libros y un gran edificio, el Goetheanum, sede de la Sociedad Antroposófica, que Af Klint visitaría en diferentes ocasiones.