mujer con cabello amarillo 1

La mujer del pelo amarillo (Femme aux cheveux jaunes), 1931

“Todos sabemos que el arte no es verdad. El arte es una mentira, pero una mentira a través de la cual podemos descubrir la verdad; al menos, la verdad que nos es posible comprender”. [1]

Pablo Picasso (1881–1973) es considerado como el artista más influyente del siglo XX. La creatividad que caracterizó toda su vida cambió constantemente el rumbo de la estética. Nació en 1881 en una familia de clase media en Málaga. Su padre fue pintor, profesor y conservador de museos, y ejerció una gran influencia en los años de formación artística de Picasso. En 1895, Picasso se trasladó a Barcelona y se inscribió en la Academia de Bellas Artes.

En 1900, visitó por primera vez París, sumergiéndose en la cultura de los cafés, la vida nocturna y la bohemia de la capital de las artes. Poco después, Picasso se instaló en la ciudad, donde comenzaron a surgir historias intrigantes sobre amistades, colaboraciones y rivalidades con otros creadores famosos, como la escritora Gertrude Stein, el compositor Igor Stravinsky y el pintor Henri Matisse. Hasta la fecha, también suscitan la curiosidad del público los relatos existentes sobre las relaciones de Picasso con sus esposas y compañeras, que fueron modelos y musas de su obra.

A lo largo de su carrera, que duró ochenta años, Picasso produjo unas 50.000 obras de arte, que abarcan desde cuadros y esculturas hasta piezas de cerámica y dibujos. Su estilo comienza en el Período Azul (1901–04), caracterizado por la predominancia de los tonos azules, los temas melancólicos y los personajes desamparados; pasando por el Período Rosa (1905), definido por una gama más luminosa y naturalista, y los temas circenses, con personajes de carnaval situados en escenas íntimas; hasta culminar en su obra central, Las Señoritas de Avignon (1906–07). Este cuadro redefinió el género del desnudo clásico, incorporando influencias del arte indígena, como la escultura de África y de Oceanía. Con este lienzo, Picasso creó el marco para el Cubismo, movimiento artístico revolucionario que muestra simultáneamente múltiples puntos de vista de un mismo objeto en un plano bidimensional y que aportó en su momento un lenguaje nuevo y audaz. Más que cualquier otro pintor de su época, Picasso hizo que el público y los críticos cuestionaran la idea de los géneros tradicionales. El artista siguió trabajando de forma prolífica hasta su muerte, acaecida en 1973, a los 92 años.

Picasso conoció a Marie-Thérèse Walter, que protagoniza este retrato, en 1927, cuando ella tenía 17 años. Ambos iniciaron una relación amorosa intensa, pero la ocultaron al público durante muchos años, puesto que ella era una adolescente y el pintor estaba casado. No obstante, Picasso documentó sus primeros años juntos, si bien es cierto que lo hizo de forma codificada, incluyendo los monogramas “MT” y “MTP” en sus naturalezas muertas y retratos de la época. Hacia 1931, el cuerpo voluptuoso y el cabello rubio de Marie-Thérèse quedaban patentes de forma explícita en obras como La mujer del pelo amarillo. Marie-Thérèse se convirtió en musa y tema constante de Picasso. La retrató leyendo, mirándose al espejo y durmiendo, la representación más íntima. La línea simple y curva que definía el perfil de Marie-Thérèse se convirtió en un símbolo, que aparece en muchas esculturas, grabados y cuadros. El fotógrafo Brassaï visitó el estudio de Picasso en 1933 e hizo una observación sobre el carácter clásico y ondulado de la mayoría de las obras que vio allí: “Abrió la puerta de una de esas inmensas naves y pudimos ver, en blanco resplandeciente, una ciudad de esculturas… Me quedé asombrado con la redondez de todas esas formas. Una nueva mujer había irrumpido en la vida de Picasso: Marie-Thérèse Walter”[2].

Aunque fue pintado casi veinte después del primer experimento cubista del pintor, la reducción de la figura voluptuosa de Marie-Thérèse a unas formas básicas puede tener sus orígenes en ese estilo pictórico. Las líneas curvas, las formas orgánicas redondeadas y los tonos saturados dan fe del conocimiento del artista de desarrollos de la pintura contemporánea como el Surrealismo. Picasso recibió la influencia surrealista de la investigación sobre los sueños como una puerta de entrada al subconsciente, y los colores vivos, alegres, que eligió para este retrato pueden aludir a una imagen onírica.

Preguntas

Formule a los alumnos las siguientes cuestiones:

 ¿Por qué os parece que este retrato supone un cambio con respecto a otros retratos que habéis visto?

¿Creéis que el artista conocía a esta mujer? ¿Qué veis en el cuadro que confirme vuestras suposiciones? ¿Qué mensaje envía Picasso sobre Marie-Thérèse Walter pintándola de esta manera?

Describid los colores de este cuadro. ¿Cómo podría cambiar el efecto del cuadro si Picasso hubiera utilizado una gama más oscura para la figura?

Si tuvierais que pintar un retrato de alguien muy cercano a vosotros, ¿Cómo utilizaríais los colores para expresar vuestros sentimientos hacia esa persona?

Algunos críticos e historiadores del arte han sugerido que en este retrato Marie-Thérèse está dormida o soñando. Si fuera así, ¿con qué estaría soñando?

¿Cómo os sentiríais si alguien os pintara mientras tenéis los ojos cerrados? ¿Qué podría haberle dicho Marie-Thérèse a Picasso sobre su retrato?