Sala 105
Pensamientos que afloran
En los templos japoneses pueden verse con frecuencia papeles anudados a los árboles. A distancia, se asemejan a centenares de flores que empiezan a brotar, aunque, en realidad, contienen los deseos escritos por personas que anhelan que se cumplan.
Desde el inicio de su trayectoria como artista conceptual, para Yoko Ono (1933) la idea o el pensamiento son imprescindibles en su práctica, ya que cualquier acción, bien sea sencilla o extremadamente ambiciosa, nacen del deseo de transformar interiormente a quienes participan en ella. Ono busca generar un cambio en quien observa y/o participa de sus eventos, conciertos, instrucciones, performances e incluso obras imaginarias que conforman su amplio corpus creativo.
Obra de arte viva
Inspirada en la tradición japonesa, la obra de Yoko Ono Árbol de los deseos para Bilbao se nutre de la participación activa de los visitantes, cuya colaboración mantiene viva a esta pieza. De hecho, existen otros “árboles de los deseos” de Ono en diferentes países, a través de los cuales la artista busca una armonía mundial. Estos árboles se activan recogiendo las ideas de los visitantes, formuladas en tinta sobre papel en días específicos escogidos por Ono. Así, los deseos se pueden colgar en las ramas de este árbol, en momentos determinados, dando a los pensamientos individuales un carácter de ofrenda.