Como parte del proyecto Didaktika, el Museo diseña espacios educativos y organiza actividades que complementan las exposiciones, proporcionando herramientas y recursos, tanto en las salas como online, para facilitar la apreciación y comprensión de las obras que se muestran.
¿Cómo expresar la energía de un elemento intangible como la electricidad?
A finales del siglo XIX, Loïe Fuller creó nuevas formas de entender el espacio: en su famosa Danza serpentina, su cuerpo en movimiento recibía proyecciones de luz y color. Además de haber sido una precursora de la danza moderna, Fuller diseñó originales escenografías y su propio vestuario. Se interesó por descubrimientos y avances tecnológicos como el radio y la radiactividad y recibió el asesoramiento de científicos como el matrimonio Curie.
Atsuko Tanaka ideó un traje a partir de cables y lámparas tubulares programadas para iluminarse aleatoriamente: Vestido eléctrico (1956). Ataviada con esta pesada y peligrosa indumentaria, que aprisionaba su cuerpo y le imponía unos movimientos lentos y limitados, Tanaka presentaba la obra como un cuadro luminoso en constante transformación, reflejando el carácter ambivalente de la tecnología, símbolo tanto de progreso como de destrucción.