Tras haber vivido dos guerras mundiales, Kokoschka siente la necesidad de expresar sus ideas humanistas. La Antigüedad clásica es un importante referente en sus últimas pinturas y escritos. En un momento en que la abstracción va ganando terreno y hay un cada vez mayor predominio tecnológico, la representación de mitos griegos en los que prevalece la figura humana constituye el intento por parte de Kokoschka de educar a la sociedad. El artista considera a Grecia como paradigma de la sociedad y el individuo; por ello coleccionaría numerosos objetos antiguos a lo largo de toda su vida.
“Lo que me distinguía de los agitadores comunistas era que no me dirigía a las masas a través de una ideología, sino que pretendía única y exclusivamente apelar a la conciencia humana. Yo era una especie de one man underground movement”. Oskar Kokoschka, 1945
Press presentation on the occasion of an exhibition in the Haus der Kunst in Munich, June 1958
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