A partir de 1970, en su búsqueda de la ampliación de los horizontes del arte y de un mayor protagonismo del cuerpo, aumenta el interés de Clark por el psicoanálisis. La artista desarrolla un método terapéutico a través de sus objetos relacionales, consistente en acciones que deben realizarse en entornos controlados y durante un tiempo definido, según las indicaciones de Clark, que dictaba las proposiciones que llevaría a cabo un grupo de personas, en las que se subrayaba la experiencia del espacio físico, la interacción con el objeto y la relación con los demás.
Lygia Clark fue más allá de la performance, utilizando la idea de lo sensorial para favorecer la liberación de un cierto conocimiento ligado al inconsciente a partir del no objeto. Su legado se extiende a otros artistas latinoamericanos que han trabajado en torno al cuerpo, como Ernesto Neto, quien crea obras y ambientes multisensoriales e invita al espectador a experimentar estos espacios vivos con su cuerpo, sus sentidos y su mente. La también brasileña Anna María Maiolino realiza obras multidisciplinares que giran en torno al cuerpo, el gesto y la psicología, en ocasiones con una gran carga política. Por su parte, la cubana Ana Mendieta utilizó su propia anatomía como elemento central de sus performances, casi rituales, en las que el cuerpo femenino se fusiona con la naturaleza.
Como parte del proyecto Didaktika, patrocinado por BBK, el Museo diseña espacios didácticos, contenidos online Sabías que...? y actividades especiales que complementan cada exposición; brindando herramientas y recursos para facilitar la apreciación y comprensión de las obras expuestas.