Corrientes internacionales del arte contemporáneo
24.07.1999 - 09.01.2000
Los acontecimientos políticos ocurridos en los últimos años (la caída del muro de Berlín, el desmoronamiento de la Unión Soviética, o la guerra del Golfo, por ejemplo), así como la proliferación de las nuevas tecnologías, han proporcionado nuevos temas y soportes de los que se ha nutrido el arte contemporáneo, propiciando que artistas de todo el mundo investiguen aspectos similares: el análisis crítico de asuntos políticos y sociales, las cuestiones medioambientales, el cuerpo humano y la exploración de las relaciones personales.
En los últimos años también se ha producido un cambio en la actitud hacia la realización del arte en sí mismo. La pintura, por ejemplo, ha dejado definitivamente de verse como algo venerable, casi mágico. Por su parte, la escultura no ha dejado de investigar su propia naturaleza, ensanchando sus límites tradicionales y legitimando nuevos espacios con la incorporación de todo tipo de materiales. Y finalmente, la videoinstalación se ha afianzado como medio de expresión que está alterando permanentemente la relación entre el objeto artístico y el espectador.
Sala 304: Julian Schnabel (Nueva York, EE UU, 1951)
En 1990 Julian Schnabel finalizó tres pinturas de dimensiones monumentales [Anno Domini, El espontáneo (para Abelardo Martínez) y Catherine Marie Ange] realizadas para la "Maison Carrée", un templo romano situado en Nîmes (Francia) e inspiradas en tres sucesos ocurridos en dicha ciudad. La muerte de los animales en la plaza de toros de Nîmes da origen a Anno Domini; Abelardo Martínez fue el espontáneo muerto en el ruedo tras ser corneado; y la referencia a un carné de identidad encontrado bajo una de las muchas puertas de la "Maison Carrée" inspira Catherine Marie Ange. En estas obras, pintadas en el exterior y sin un plan previo que apunte a un resultado concreto, el artista consigue un efecto similar al de un grabado o una xilografía utilizando manteles mojados a modo de pinceles. El procedimiento es singular: tras sumergirlos en la pintura los arroja sobre el lienzo colocado verticalmente. La paleta se reduce al rojo, el color del lienzo y algún toque amarillo.
Sala 301 : Felix Gonzalez-Torres (Guáimaro, Cuba, 1957–Nueva York, EE UU, 1996)
La obra de Felix Gonzalez-Torres recupera estrategias de las corrientes minimalista y conceptual de los años sesenta y setenta e infunde en sus postulados formales y analíticos un contenido emocional. Este artista exhibe entre montones de papeles objetos cotidianos como caramelos o impresiones en offset que atraen al espectador hacia sus obras. Sin título (Opinión pública), 1991, una obra formada por unos 315 kg de caramelos de regaliz en forma de proyectil, pone en tela de juicio la validez de la opinión pública, en especial en relación al militarismo y al patriotismo de los Estados Unidos. Esta pieza fue creada el mismo año en que se desencadenó la guerra del Golfo. En Sin título, 1989-95, Gonzalez-Torres utiliza texto y fechas en un orden aleatorio para crear un autorretrato en forma de friso. Al cruzar referencias de acontecimientos contemporáneos con situaciones más íntimas y personales este artista construye una narrativa de su propia vida que revela la naturaleza incierta del significado.
Sala 302: Cai Guo Qiang (Quanzhou, China, 1957), Richard Baquié (Marsella, Francia, 1956–1996), Leonardo Drew (Tallahasee, EE UU, 1961)
Con el fin de restablecer la armonía en un mundo de experiencias fragmentadas e inconexas, el artista chino Cai Guo Qiang trabaja con contrastes abruptos, combinando lo inmenso y lo diminuto, yuxtaponiendo lo que aterra y lo que alivia. Así mismo, Cai tiende un puente entre pasado y presente, conservando los elementos originales junto con otros sorprendentemente novedosos. Llora dragón/llora lobo: el arca de Genghis Khan, 1996 —una serie de balsas tradicionales realizadas con piel de oveja inflada y tres motores Toyota en marcha—, sugiere un reconocible icono de la cultura popular china: el dragón. El diseño de las balsas está inspirado en el modelo utilizado por el ejército mongol para vadear el río Amarillo e invadir el resto de Eurasia muchos siglos atrás. Los motores, por otro lado, nos devuelven al tiempo actual, evocándonos la ubicua presencia asiática en Occidente, esta vez en forma de tecnología.
El artista francés Richard Baquié recupera materiales de desecho y explora sus cualidades estéticas y funcionales. En Trozos de ala, 1986, recicla objetos y materiales encontrados agrupando elementos tan dispares como un colchón, las alas de un avión y unos tubos de neón. Los aviones aparecen con frecuencia en la obra de este artista, evocando nociones románticas de viajes y vuelos, a la vez que aborda cuestiones contemporáneas sobre el espacio y el tiempo. Partiendo también de materiales de desecho, el artista afroamericano Leonardo Drew indaga tanto en la desintegración de la clásica rejilla posminimalista como en la repetición inexacta de la forma, y al mismo tiempo establece referencias históricas de la experiencia afroamericana. A través de estructuras que parecen descomponerse y oxidarse, Número 52, 1996 crea imágenes que recuerdan una vista aérea topográfica o un primer plano de agua ondulante. El óxido, además del algodón, es un elemento central para este artista que, en esta obra, evoca la decadencia urbana.
Sala 303
Gillian Wearing (Birmingham, Reino Unido, 1963), Pipilotti Rist (Rheintal, Suiza, 1962), Andreas Slominski (Meppen, Alemania, 1959)
Gillian Wearing es una artista británica que muestra un interés especial por los miedos, las fantasías y los secretos de la gente común, y por los procesos de identificación que se establecen con el espectador. En Sacha y mamá, 1996, Wearing intenta desenmascarar las emociones ambivalentes que surgen de las complejas relaciones personales entre una madre y su hija. El calor de un abrazo se transforma en una situación de enfrentamiento que bordea la violencia. La tensión palpable de la obra de Wearing contrasta fuertemente con la sensual celebración del cuerpo presente en la videoinstalación Bebe mi océano, 1996 de la suiza Pipilotti Rist. Esta artista ha creado un mágico mundo submarino de ensueño en un vídeo que ha sido grabado casi enteramente bajo el agua y que está acompañado por una interpretación musical de la balada de Chris Isaak "Wicked Games" realizada por la propia artista. Su estética incorpora elementos diversos de la música pop y el vasto campo de la cultura de masas. Las dobles pantallas y los efectos espectaculares sugieren una región ideal de placer pre-edípico sin adulteración alguna. Esta obra constituye la invitación personal de Rist a participar en el eterno baile del deseo y la satisfacción. Andreas Slominski, artista conceptual alemán, lleva reinterpretando el concepto de trampa más de quince años. Este artista, que diseña sus propias trampas funcionales para todo tipo de animales (zorros, martas, pájaros, insectos) ha encontrado una metáfora perfecta del arte: la trampa como el arte seduce y engaña. Hermética y humorística, su obra arrastra al espectador a meditar acerca de los límites del absurdo y, desde ahí, a contemplar los límites del arte.
Cai Guo-Qiang
Llora dragón/Llora lobo: el arca de Gengis Kan (Cry Dragon/Cry Wolf: The Ark of Genghis Khan), 1996
108 odres de oveja, ramas, palas de madera, cuerda, 3 motores Toyota y fotocopias de portadas de varias revistas y de varios recortes de prensa
Dimensiones variables
Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York.
Adquirida con los fondos aportados por el miembros del Comité Internacional del Director y del Comité Ejecutivo: Eli Broad, Elaine Terner Cooper, Beat Curti, Ronnie Heyman, J. Tomilson Hill, Dakis Joannou, Barbara Lane, Robert Mnuchin, Peter Norton,Thomas Walther y Ginny Williams, con fondos adicionales de Peter Littmann. 97.4523
© Cai Guo-Qiang