Sección IV - Resistencia en Praga (1934–1938)

Estando Hitler en el poder, Kokoschka se comprometió públicamente a luchar contra el fascismo. En mayo de 1933 escribió un artículo en el diario alemán Frankfurter Zeitung en apoyo del pintor Max Liebermann (1874–1935), destacado referente intelectual y moral, al que habían obligado a dimitir de la Academia prusiana de Bellas Artes.

En Viena, como consecuencia de la guerra civil de 1934 que enfrentó a fascistas y socialistas, se debilitó la salud de la madre de Kokoschka, que moriría al cabo de unas semanas. Hallándose en una difícil situación económica, el artista emigró a Praga, ciudad natal de su padre, donde vivía su hermana Berta. Allí conoció a Olda Palkovskà (1915–2004), a la sazón estudiante de derecho, con la que se casaría en 1941.
 
Desde Checoslovaquia, Kokoschka pudo observar cómo el cerco nazi iba asfixiando progresivamente a Europa. Con el fin de alertar a la población sobre el peligro inminente, publicó numerosos artículos y organizó conferencias. La exposición itinerante de “arte degenerado” organizada por los nazis incluyó nueve de sus cuadros, junto a muchas otras obras maestras de la vanguardia europea. Su acertado Autorretrato de un “artista degenerado” (1937) fue su respuesta ante este hecho.
 
En ese contexto, su trabajo se presenta como un cuestionamiento de la situación adquiriendo un carácter idílico y resplandeciente inédito hasta ese momento. Su pincelada describe con precisión la naturaleza frondosa que invade el lienzo, escenario de enigmáticas imágenes.