Pintando emociones

Identificar, conocer, gestionar y plasmar plásticamente las emociones a través del arte fue el objetivo de este proyecto, que comenzó analizando la expresión facial y corporal para avanzar después hacia conceptos más abstractos sobre el autoconocimiento.

Los participantes escribieron listas de sentimientos y asociaron cada emoción a una expresión facial: ¿cómo ponemos la boca cuando estamos enfadados? ¿Y contentos? ¿Y asustados? Dibujaron diferentes gestos de la boca simplificados y grabaron una breve animación en vídeo con sus dibujos frente a sus rostros. También crearon pinturas abstractas sobres las emociones con letras, colores y gestos: ¿qué color nos sugiere alegría? ¿Y qué colores elegiríamos para expresar indignación? ¿Qué pinceladas damos al pintar cuando estamos enfadados o tranquilos?

La expresión corporal enriquece y potencia la comunicación de los sentimientos. Observar a otras personas mientras caminaban dio pie a los participantes a identificar emociones según la posición de su cabeza, su distancia respecto a otras personas, la rapidez o lentitud de su paso, etc. Seguidamente se plantearon el juego plástico de expresar una emoción andando. Cada persona elegía un color, se impregnaba los pies en pintura de ese tono y estampaba sus huellas sobre un papel colocado en el suelo. Así, el mural resultante recoge pasos rápidos, firmes, alegres, pausados, dubitativos, nerviosos…

“¡Buenos días! ¿Cómo estás?” Utilizamos preguntas como esta todos los días cuando saludamos como un gesto aprendido, pero ¿qué respuesta esperamos? Los escolares pensaron y escribieron en carteles preguntas para generar una reflexión y un diálogo público sobre los sentimientos. Surgieron sugerentes preguntas como: ¿qué es lo más bonito que has visto hoy? ¿Cuál es la palabra más hermosa que has oído a lo largo del día? ¿Y la más fea? ¿Con quién crees que podrías portarte mejor hoy? Si pudieras elegir a una persona, ¿con quién pasarías el día?