Diego Vivanco
Bilbao, 1988
Valiéndose de un gran abanico de medios y técnicas, Diego Vivanco evidencia las áreas de tensión que se generan en diversos contextos sociales, políticos y culturales. En su trabajo, el artista invita al público a reflexionar a través del vídeo, la fotografía, la performance y la instalación sobre la importancia que se otorga a los signos identitarios, llegando incluso a representarse a sí mismo mediante la ya existente posición circense, bandera humana. En palabras del artista “Lo que uno hace, como uno vive y como se comunica, esa es la bandera que cada uno lleva.”