Tierra de los dos ríos
“Para mí, el arte es la única posibilidad de establecer una conexión entre las cosas que no tienen sentido y las que sí lo tienen. Veo la historia como algo síncrono, tanto si se refiere a los sumerios como a la mitología de Alemania. Para mí, las viejas sagas no son viejas en absoluto. Ni tampoco la Biblia. Cuando la lees, la mayor parte de las cosas ya ha sido formulada.” 1
Anselm Kiefer, Tierra de los dos ríos (Zweistromland), 1995. Emulsión, acrílico, plomo, sal producida por electrólisis y condensador de placas de zinc sobre lienzo, 416 x 710 cm.
Guggenheim Bilbao Museoa
Introducción
Anselm Kiefer (Donaueschingen, Alemania, 1945) nació pocos meses antes de la batalla final de la Segunda Guerra Mundial y, mientras crecía, pudo ver las consecuencias de la guerra moderna y la división de su país natal. Fue testigo de la reconstrucción de una nación fragmentada y vivió su lucha por renovarse. El artista se dedicó a investigar las interconexiones entre la mitología y la historia alemanas y cómo estas contribuyeron al auge del fascismo. Muchas de sus pinturas —inmensos paisajes e interiores arquitectónicos, en los que a menudo se incrustan paja y arena— invocan la herencia literaria y política germana; abundan las referencias al poema épico medieval de El cantar de los nibelungos, o al dictador nazi Adolf Hitler (1889–1945). Para uno de sus proyectos más tempranos, la serie de 1969 Ocupaciones (Besetzungen), Kiefer se fotografió a sí mismo haciendo el saludo nazi en diferentes ubicaciones de Francia, Italia y Suiza. Cuando se trasladó al sur de Francia a comienzos de los años noventa, la iconografía del artista se amplía para abarcar temas más universales relativos a la civilización, a la cultura y a la espiritualidad, recurriendo a fuentes como la alquimia, los mitos antiguos y la cábala.
Kiefer se ha convertido en uno de los máximos exponentes del Neoexpresionismo, caracterizado por su violenta pincelada gestual. En su obra, no son frecuentes los colores brillantes ni las luces; sus imágenes son atmosféricas, veladas, y muestran escenas crepusculares, pintadas con el gris como color dominante. Sus piezas de gran escala combinan una paleta casi monocroma con la técnica mixta, que incluye materiales como ceniza, escayola, semillas, tierra, paja y tiras de plomo. La experimentación con los materiales es de vital importancia en el proceso creativo de Kiefer. El material elegido adquiere un significado simbólico cuando se combina con el tema. Los objetos que reúne en sus trabajos trascienden su identidad física y hablan por sí mismos, evidenciando las obsesiones del artista a través de ricas asociaciones y metáforas. Arena, flores, ramas secas, paja y objetos de hierro muestran la fascinación de Kiefer por la metamorfosis. El plomo se convierte en un elemento fundamental, tanto por sus características físicas y su capacidad de transformación como por su relación con la alquimia y la cábala.
Tierra de los dos ríos (Zweistromland, 1995) alude a la tierra comprendida entre los ríos Tigris y Éufrates, en cuyas márgenes se asentaron algunos de los pueblos más antiguos de la humanidad, como la civilización mesopotámica; es el lugar de la antigua Babilonia, donde los sumerios inventaron la escritura en el cuarto milenio a.C. La pintura de Kiefer evoca aquella tierra, sus civilizaciones y el establecimiento de la cultura escrita. El título, que aparece inscrito en la parte superior derecha del lienzo, puede ser interpretado como una referencia a la palabra escrita en sí misma, que deja una huella perdurable que trasciende civilizaciones y épocas. Los registros han sobrevivido a la ruina y la decadencia de estas culturas y han convertido su pasado en presente en esta pintura. Tierra de los dos ríos fue precedida por una escultura homónima que consta de varios libros de plomo que transmiten la sensación de la naturaleza perdurable de la palabra escrita y de la historia. Continuando con este motivo Kiefer creó Para Paul Celan (For Paul Celan, 2006), libros de plomo atravesados por flores, que antiguamente simbolizaban tanto la fertilidad como la transitoriedad de la vida, y que remiten al poeta y ensayista judío rumano Paul Celan (1920–1970), quien sobrevivió casi milagrosamente al Holocausto. Celan comparte muchos de los temas y preocupaciones de Kiefer: la sensación de duelo y la melancolía, y la importancia de preservar la memoria como un medio de superar los traumas de la historia del ser humano.
1- Anselm Kiefer, citado en Ein Gespräch: Joseph Beuys, Jannis Kounellis, Anselm Kiefer, Enzo Cucchi (ed.: Jacqueline Burckhardt). Parkett-Verlag, Zúrich, 1986, pág. 40.
Fuentes
López-Remiro, Miguel. “Anselm Kiefer”, en La Colección del Museo Guggenheim Bilbao. Museo Guggenheim Bilbao. Bilbao-TF Editores, Madrid, 2009, pp. 142–47.
Spector, Nancy. “Anselm Kiefer”, en Guggenheim Museum Collection: A to Z (ed.: Nancy Spector). 3ª ed. rev. Guggenheim Museum, Nueva York, 2009, p. 164
Preguntas
Hagan una tormenta de ideas sobre las palabras que describen esta obra.
¿Cómo calificarían la atmósfera que Kiefer crea en esta obra? ¿Cómo se sienten cuando la miran? ¿Por qué? Imaginen que pudieran entrar en este paisaje, ¿cómo se sentirían? ¿Por qué?
¿Qué materiales emplea Kiefer? Confeccionen una lista de estos materiales y describan las características con las que asociarían cada uno.
¿Por qué consideran que Kiefer eligió estos materiales? ¿Cómo creen que se relacionan con el tema?
¿Qué términos utilizarían para describir la superficie del lienzo? Debatan sobre cómo el uso de algunos materiales cambia con el tiempo.
¿Por qué a Kiefer le puede interesar la transformación de los materiales?
El plomo es un material muy maleable y duradero, y posee una gran capacidad de transformación. Kiefer compró plomo procedente de la techumbre de la Catedral de Colonia cuando fue retirado para restaurarlo tras haber sido destrozado durante la Segunda Guerra Mundial. Comenten las cualidades de este material.
¿Para qué se utiliza hoy el plomo? ¿Qué connotaciones tiene el plomo para ustedes? ¿Por qué creen que a Kiefer le atrae este material?
Discutan en torno al significado o significados de este material en la obra de este artista. Kiefer afirma:
“Realmente me gusta la paradoja de que esta catedral gótica estuviera cubierta de plomo (un material impermeable y muy resistente a la luz), cuando en realidad se suponía que buscaba una unión con el cielo. Es un plomo que me gusta porque ha sufrido transformaciones, posee muchas historias, muchas huellas, y se puede doblar: es maleable. También el tiempo es un material sobre el que se puede trabajar, de la misma manera que él nos moldea a nosotros.”2
Para Kiefer, reconstruir la historia es una importantísima forma de sanar y regenerase frente a las heridas del pasado. ¿Por qué creen que evocar el pasado es tan importante para Kiefer?
Organicen un debate sobre las consecuencias de la guerra en Alemania o en otros países y hablen sobre cómo los recuerdos de la guerra afectan a las personas. Comenten por qué conocer el pasado es tan importante.
¿Qué les sugiere el título? ¿Qué otro título darían a esta obra? ¿Por qué? ¿Cómo afecta a la percepción de esta obra conocer cómo se titula?
¿Cómo afecta el tamaño de este cuadro al impacto que produce? Imagínenselo en menor escala, ¿cómo afectaría este hecho a su impacto? ¿Por qué creen que Kiefer elige un tamaño tan grande?
Entrevista de Anselm Kiefer con Bernarad Comment: “Cette Obscure claret qui tombe des ètoiles”, Art Press, París, septiembre, 1998, publicada en Anselm Kiefer. Cat. expo., Guggenheim Bilbao Museoa, Bilbao, Skira, Milán, 2007, pp. 294–95