López, Maider

“Trabajamos las emociones a través del arte. Las experimentamos en el cuerpo. Atribuimos un color a cada emoción y realizamos esferas con los colores de cada una. A lo largo del proceso, cuando las dinámicas del grupo se alteraban, les pedía que estuvieran tranquilos, pero no siempre funcionaba. Les decía entonces: ‘blanco, blanco, blanco…’ y en cuanto se daban cuenta de que me refería al color que habían asignado a la tranquilidad, llegaba la calma, el silencio y el sosiego. Y cambiaba nuestro lenguaje, diciendo ‘estoy roja’ para referirnos a estar frustrada, y así sucesivamente. Estos juegos creativos provocaron interacciones enriquecedoras entre los escolares”.